domingo, 6 de novembro de 2011

Niños como borregos

Niños como borregos
06-Nov 05:37 am|El Nacional
Los libros del llamado "combo bolivariano" obligan a los alumnos a leer mentiras y falsificaciones sobre etapas anteriores de la historia venezolana
Crearon comisiones para evaluar los libros de la Colección Bicentenaria y las canaimitas
Crearon comisiones para evaluar los libros de la Colección Bicentenaria y las canaimitas | Archivo
El gobierno de la revolución bolivariana no encuentra ya cómo apretarles los tornillos a los venezolanos, y cómo garantizar la muerte de la conciencia civil de los ciudadanos. El Ministerio de Educación ha ordenado que sólo los textos escolares editados por el Gobierno sean los que se pueden usar en las escuelas. Los demás estarán prohibidos.

Sucederá lo mismo con los liceos. Los niños tendrán que rezarle al santo de la revolución que aparece en los libros como quien hizo el milagro. El culto a la personalidad, como a esto se le llamaba en los países comunistas, suplanta la historia de los grandes personajes que fundaron nuestro país.

Que esto suceda en el siglo XXI y en la era de la revolución tecnológica de las comunicaciones parece una paradoja. Y, en efecto, no hay otra manera de juzgar esta aberrante tendencia a imponer el pensamiento único. Estos libros tendenciosos en los que el jefe máximo de la revolución aparece como el mismo san Nicolás, y todo lo que precedió a su gobierno no merece sino desprecio y silencio, puede interpretarse como el complejo de inferioridad de una revolución que, ante el rechazo colectivo, todo tiene que imponerlo mediante la fuerza.

Lo menos que le puede suceder a este asalto a la conciencia de los niños, es que estos terminen burlándose del santo que les promete tantos milagros. Abundarán, además, los maestros que, por respeto a sí mismos, y a su condición, ni se tragarán el anzuelo ni permitirán que los niños se conviertan en seres mentalmente castrados.

A los padres se les plantean desafíos adicionales. Se opondrán a que sus hijos sean condenados a ese campo de concentración que es el pensamiento único. Maestros y padres, a una, harán lo posible y lo imposible para que este totalitarismo no progrese, y para librar a sus hijos de la mediocridad de una sociedad de borregos.

De modo que todos los niños deben guiarse por los textos de la Colección Bicentenario. Lo demás queda "terminantemente prohibido". Los libros del llamado "combo bolivariano" obligan a los alumnos a leer mentiras y falsificaciones sobre etapas anteriores de la historia venezolana. "Una persona pasaba hambre en los gobiernos anteriores y sólo daban un vaso de leche".

En cuando a las computadoras Canaima, "fueron adquiridas gracias al Presidente de la República". Gracias, niños, al gran benefactor y nuevo padre de la Patria. Esto envuelve una gran mediocridad, una adulancia insoportable al líder único, que fatalmente deformará o condicionará las mentes de los infantes desprotegidos y de aquellos cuyos padres no estén en capacidad de abrirles otras ventanas al mundo.

A los niños los espera, en una palabra, el destino precario de los "médicos integrales", formados como políticos y predicadores más que como médicos. Lo lógico era que se formaran según el pensum de las universidades nacionales, pero los obligaron a tomar el atajo de la revolución. Conejillos de Indias